Cómo evitar que tus fotos íntimas del móvil acaben en Internet
Decenas de famosas están pasando por el trago de ver cómo fotos muy íntimas suyas se publican sin control en Internet. No es la primera vez que ocurre y no solo a famosos. Nadie está a salvo de ser una víctima más en un ataque coordinado a un sistema de almacenamiento online. Sin embargo, la seguridad empieza por uno mismo, y hay consejos muy sencillos que te pueden evitar un buen susto.
El primero
es también el más obvio: Si no quieres que otros vean ciertas fotos
tuyas, más que no tomarlas, evita guardarlas en un servicio en la nube
(ni iCloud ni ningún otro). Los servicios de almacenamiento en nube son
seguros, pero no impenetrables.
Otro
detalle. Aunque hay aplicaciones como Snapchat, Glimpse, Wickr o Coverme
que utilizan métodos para que una foto enviada no se pueda guardar en
el dispositivo del destinatario, sortear estas medidas de seguridad es
ridículamente fácil. A veces tan fácil como hacer una captura de
pantalla. Si tienes dudas sobre a quién vas a enviar la foto, no la
envíes. La tecnología no te va a proteger de tu propia imprudencia.
Dicho esto,
vamos a partir del supuesto contrario. Quieres enviarle una foto íntima
a tu pareja y tienes miedo de que acabe cayendo en malas manos de
terceros. Ahí van algunos consejos básicos:
Antes de sacar las fotos ¿Realmente sabes dónde guardas tus fotos?
Si crees
que tus fotos están solo en tu carpeta fotos del teléfono, mejor vuelve a
mirar. De nada sirve que tomes todas las precauciones del mundo al
enviar una foto si tienes activada la subida automática a Google +. El
problema aquí no es que estos servicios en nube sean inseguros, sino que
multiplican el número de copias, y con él, el riesgo potencial de que
alguien acceda a la imagen, sobre todo si tenemos una política de
contraseñas muy pobre.
Antes de
ponerte como dios te trajo al mundo delante del espejo con el móvil en
la mano, tómate un tiempo para revisar concienzudamente qué aplicaciones
tienen acceso a tus fotos en el smartphone, y si tienes activada alguna
opción de copia de seguridad automática. Facebook, iCloud, Flickr,
Google +, Google Drive, Dropbox o OneDrive son solo algunas de las
aplicaciones que pueden hacer copias automáticas en la nube. A menos que
especifiquemos lo contrario, esa copia no es pública (Solo podemos
verla nosotros), pero tener copias de todas esas imágenes en
repositorios de los que no somos conscientes nunca es buena idea. Para
más seguridad, usa una cámara de fotos que no tenga conexiones, o que
las tenga desactivadas, no un smartphone.
Contraseñas, contraseñas, contraseñas, contraseñas...
No nos cansaremos de repetirlo.
La mayor parte de las veces que alguien sufre un robo de información es
culpa suya, no del servicio que utiliza. iCloud o Dropbox integran
sistemas bastante avanzados de cifrado, pero no sirven de nada si
nuestra contraseña es nuestra fecha de nacimiento. Casos como el de las
fotos de famosas en iCloud son la combinación de una vulnerabilidad con un sistema que utiliza la fuerza bruta
para dar una "patada en la puerta". Ahí no hay nada que hacer, por
mucho que utilicemos una buena contraseña o tengamos activada la doble
verificación.
Sin
embargo, los ataques más comunes consisten en utilizar ingeniería social
para intentar adivinar nuestra contraseña haciendo pruebas con datos
que se conozcan sobre nuestra persona. Es por eso que merece la pena
tener una contraseña compleja y que no sea inmediatamente fácil de
adivinar. Quizá ya sepas que es necesario disponer de contraseñas que
deben tener al menos ocho caracteres, mayúsculas, minúsculas, símbolos y
números. Eso no basta. También es necesario que esas contraseñas sean
diferentes para cada servicio online que utilices o, cuanto menos, para
los más importantes.
Si todas
nuestras contraseñas son la misma que la del correo electrónico, nos
arriesgamos a que un hack a Gmail ponga en peligro toda nuestra
información en Internet, desde nuestras compras en Amazon hasta el
acceso a nuestras fotos en servicios en la nube, sean del proveedor que
sean.
Al momento de sacar a foto: Haz que la foto sea anónima
Ya has revisado y desactivado todas esas molestias copias de seguridad, y
puesto a punto tu sistema de contraseñas. Ahora toca lograr que la foto
que vas a sacar no pueda asociarse contigo. La manera más rápida de
identificar a una persona es por la cara. Quizá debas considerar sacarte
la foto de manera que no se te vean las facciones. Algunos editores de
imagen en smartphones permiten difuminar partes de la foto. Si no
quieres liarte tanto, puedes simplemente recortar la imagen para que no
salga la cara. De todas formas es probable que lo que quieras mostrar no
esté por encima del cuello.
Elimina los metadatos
Incluso
aunque no muestren la cara, las fotos tomadas con el móvil tienen un
problema: es muy sencillo asociar la imagen al usuario que la ha enviado
simplemente echando un vistazo a la geolocalización de la foto y a los
metadatos EXIF de la foto. En primer lugar, desactiva la localización
GPS para la aplicación de cámara en tu dispositivo móvil. Esta opción
está en los ajustes de privacidad y localización del teléfono.
Los metadatos EXIF son más complicados de eliminar. Para ello lo mejor es utilizar una aplicación específica. En iOS, Photo Investigator y TrashExif
son dos estupendas aplicaciones gratuitas que eliminan cualquier
metadato que asocie la foto con la persona que aparece en ella. En Android, la aplicación más popular para hacer la foto completamente anónima es, probablemente, Image Privacy, pero hay más. En Windows Phone, una aplicación que sirve para borrar estos datos personales es Image Map Plus.
Despues de sacar la foto: Enviar el archivo de forma segura
Ni Snapchat ni otras aplicaciones asociadas al sexting
son completamente seguras. Dropbox transfiere los datos a través de
HTTPS, pero solo en aplicaciones de escritorio. En smartphones no es tan
segura. La manera más fiable de enviar un archivo privado es,
paradójicamente, hacerlo a la antigua, enviando un archivo en formato
.ZIP protegido mediante cifrado y contraseña.
Para ello, es preciso contar con una aplicación que permita crear ZIPs desde el smartphone. iZip es una alternativa muy efectiva en iOS, y AndroZip o ArchiDroid son buenas elecciones en Android. Los usuarios de Windows Phone pueden confiar en 8 Zip o Pocket Extractor. Es interesante, si ya somos unos locos de la seguridad, recurrir a servicios de transmisión de redes privadas como TOR.
El problema de hacerlo mediante ZIP, es que el destinatario también
necesita una aplicación con la que descomprimir el archivo cifrado. Las
mismas enlazadas aquí arriba valen para ese fin. Se supone que si es el
destinatario es una persona de la suficiente confianza como para vernos
sin ropa, también se fiará de que le recomendemos una aplicación.
Compartir la contraseña
No tiene
sentido que envíes el archivo ZIP acompañado de la contraseña necesaria
para abrirlo. Lo ideal es que la contraseña sea algo que tanto tú como
el destinatario conozcáis pero, si no es posible, hay varias maneras de
enviar la información sin que resulte evidente.
La mejor manera de compartir contraseñas es mediante la aplicación LastPass,
pero es un servicio de pago y el destinatario también necesita tener la
aplicación instalada. Si no os queréis gastar dinero, lo ideal es
enviar la contraseña partida en varios mensajes enviados desde
diferentes aplicaciones. No es infalible, pero es un sistema bastante
efectivo (siempre y cuando no escribáis el mensaje con el encabezado: contraseña (1 de 3). Se supone que el receptor sabe lo que está recibiendo y en qué orden.
Cómo evitar que tus fotos íntimas del móvil acaben en Internet
ResponderBorrar